ML. 10. EL FINAL DEL VIAJE

UN BRAHMANA QUE DIARIAMENTE RECITABA EL BHAGAVAD-GITA

En Sri Rangam vivía también un Brahmana que diariamente recitaba el Bhagavad-Gita. Sin embargo no lo entendía, porque no había recibido educación en el idioma sánscrito. Solía recitar el Gita todos los días, pero su pronunciación del sánscrito era incorrecta. Las personas que escuchaban su recitación se mofaban de él y le pedían que no recitara ese sagrado texto de manera incorrecta. Sin embargo, resultaba muy peculiar que al recitar el Gita, sus ojos derramaran lágrimas y su cuerpo se estremeciera. El Gran Maestro Sri Caitanya se acercó al Brahmana y le preguntó: “¿Qué placer derivas al recitar el Bhagavad-Gita?”. El inculto Brahmana contestó con humildad: “Recito el Gita porque mi Guru, mi maestro espiritual, me lo ha pedido. Pero soy un hombre inculto. No comprendo el significado de los versos que recito. Aun así, experimento gran gozo cuando visualizo a Krsna conduciendo la cuadriga de Arjuna, con Su látigo en una mano y las riendas en la otra, mientras le instruye. Así lo visualizo mientras recito el Gita. Por eso, diariamente leo esta magnífica Escritura sagrada, el Bhagavad-Gita”.

TÚ HAS COMPRENDIDO LA ESENCIA DEL BHAGAVAD-GITA

“Tú has comprendido la esencia del Bhagavad-Gita, por consiguiente, sólo tú estás calificado para leerlo”. Al decir esto, el Gran Maestro Sri Caitanya abrazó al Brahmana con gran felicidad. Éste se postró a los pies de Sri Caitanya y dijo: “¡Tú no eres diferente de Krsna! Eres la fuente de todas las encarnaciones divinas!” La continua devoción del Brahmana había purificado su mente y pudo comprender la verdadera divinidad del Gran Maestro Sri Caitanya. El Brahmana recibió instrucciones de Sri Caitanya y se convirtió en Su devoto exclusivo. En la montaña Rsabha, el Gran Maestro Sri Caitanya conoció a Paramananda Puri, un discípulo de Madhavendra Puri y hermano espiritual de Isvara Puri, el Guru del Gran Maestro. Paramananda Puri le prometió a Sri Caitanya que se reuniría con Él en Puri.

SRI CAITANYA SE HOSPEDÓ EN LA CASA DE UN BRAHMANA

En Madhurai, el Gran Maestro Sri Caitanya se hospedó en la casa de un Brahmana. Un día, después del mediodía, Sri Caitanya le preguntó: “¡Oh Brahmana! ¿Por qué no has cocinado todavía?”. “¡Oh Gran Maestro! Yo habito en el bosque y por lo general allí no se consiguen
alimentos. Laksmana llegará pronto con algunos frutos silvestres, vegetales y arroz. Entonces Sita cocinará”, contestó el Brahmana. El Gran Maestro Sri Caitanya se sintió muy feliz al percibir su sentimiento devocional. El Brahmana concluyó su meditación y cocinó los alimentos acostumbrados; sin embargo, era ya bien entrada la tarde cuando Sri Caitanya comió, porque el Brahmana observó ayuno a la hora del mediodía. El Brahmana exclamó: “¡Para mí la vida ha perdido todo su encanto! Quisiera lanzarme al fuego y concluir con esta miserable existencia. Sita es la Madre del universo. Ciertamente Ella es Maha-laksmi, pero Ravana la ha tocado. Desde que escuché esto, un dolor agudo me tortura y he decidido poner fin a mi vida”.

EL GRAN MAESTRO SRI CAITANYA RECONFORTÓ AL BRAHMANA

El Gran Maestro Sri Caitanya reconfortó al Brahmana: “¿Por qué piensas así? Debes analizar los hechos con espíritu crítico. Sita, la consorte del Señor, es completa y puramente espiritual. Su cuerpo está compuesto de Sat, Cit y Ananda: eternamente lleno de conocimiento y bienaventuranza. Los ojos ordinarios ni siquiera pueden tener un vislumbre de Ella. ¡Qué decir de tocarla! Cuando Ravana fue a raptar a Sita, la verdadera Sita desapareció. Sólo raptó la forma ilusoria, o maya, de Sita. Las Escrituras declaran que los objetos espirituales o inmateriales, están más allá del alcance de los sentidos. Así pues, confía en Mí y no albergues en tu mente pensamientos tan indignos”. Después de escuchar estas instrucciones del Gran Maestro Sri Caitanya, el Brahmana se consoló y tomó sus alimentos, abandonando sus ideas suicidas.

CUANDO LE MOSTRÓ LOS VERSOS DEL KURMA PURANA, LA FELICIDAD DEL BRAHMANA NO TUVO LÍMITES

Después de abandonar el hogar del Brahmana, el Gran Maestro Sri Caitanya arribó a Ramesvaram, donde escuchó una recitación del Kurma Purana en una reunión de Brahmanas. En ese sagrado texto se declara que al ver a Ravana, Sita se refugió en Agni, el dios del fuego, quien la escondió y la llevó donde Parvati, la consorte de Siva. Luego, la reemplazó con una Sita ilusoria, a quien el desafortunado y alucinado Ravana raptó. Más adelante, cuando el Señor Rama le pidió que entrara en el fuego para probar Su castidad, Agni devolvió a la verdadera Sita. Esta historia hizo que el Gran Maestro Sri Caitanya recordara al Brahmana devoto del Señor Ramacandra. Adquirió una copia del Kurma Purana y regresó a Madhurai con presteza, para convencer al Brahmana. Cuando le mostró los versos del Kurma Purana, la felicidad del Brahmana no tuvo límites y comenzó a cantar y a danzar en gozoso éxtasis.

ELLOS SEDUJERON CON MUJERES Y DINERO A KRSNA-DASA

Más tarde, en Malabar, el Gran Maestro Sri Caitanya se encontró con un grupo denominado los Bhatta-maris, quienes aparentemente pertenecían a una siniestra secta de tántricos. Ellos sedujeron con mujeres y dinero a Krsna-dasa, el sirviente del Gran Maestro, y el muy necio se fue con ellos. El Gran Maestro Sri Caitanya abordó a los Bhatta-maris y exigió que le devolviesen a Su sirviente. Los Bhatta-maris así lo hicieron, pero al mismo tiempo intentaron atacar al Gran Maestro Sri Caitanya, blandiendo diversas armas. Sin embargo, éstas cayeron de sus manos y fueron ellos mismos quienes resultaron heridos. En medio de la tremenda confusión, Sri Caitanya asió a Krsna-dasa por los cabellos y se lo llevó por la fuerza.

EL BRAHMA-SAMHITA

En el templo de Adi Kesava, a orillas del río Payasvini, el Gran Maestro Sri Caitanya descubrió el Brahma-Samhita y solicitó una copia para llevársela a los devotos. En Srngeri, Sri Caitanya visitó el famoso monasterio de Sripada Sankaracarya, pero se abstuvo de entrar en discusiones filosóficas con los monjes. Luego visitó Udipi, donde sostuvo extensos debates con los seguidores de Madhavacarya y criticó su filosofía. No obstante, más adelante los bendijo con el más elevado concepto acerca de la devoción. El Acarya de aquel entonces admitió la validez de los argumentos de Sri Caitanya y de las conclusiones de las Escrituras, pero confesó su incapacidad para cambiar lo que el fundador original de la secta había predicado.

EL FAMOSO LIBRO TITULADO KRSNA-KARNAMRTA

En Pandarapur, Sri Caitanya quedó encantado con la Deidad de Vitthalanatha, y permaneció allí un tiempo cantando y danzando en éxtasis frente a Ella. En ese lugar, el Gran Maestro Sri Caitanya conoció a Ranga Puri, un discípulo de Madhavendra Puri, con quien entabló amistad. Un día, Ranga Puri le relató a Sri Caitanya que en una ocasión había ido de visita a Navadvipa con su Guru Madhavendra Puri. Allí había comido un curry hecho con flores de plátano, preparado por la esposa de Jagannatha Misra. Luego comentó: “Sin duda alguna, es la mejor cocinera del mundo”. Al escuchar estas palabras, Sri Caitanya le informó a Ranga Puri que Él era el hijo de esa gran cocinera y que Jagannatha Misra era Su padre. En las riberas del río Krsnvavena, el Gran Maestro Sri Caitanya encontró el famoso libro titulado Krsna-karnamrta, en el cual se describe la belleza y la dulzura de los pasatiempos de Krsna. Pidió que le copiaran el sagrado texto para llevárselo a Sus devotos. Cuando Sri Caitanya regresó a Vidyanagara, Ramananda-raya fue a verle, y el reencuentro fue sumamente feliz y extático. Sri Caitanya le entregó los dos manuscritos, el Brahma Samhita y el Krsna- karnamrta, diciéndole: “Estos dos textos sagrados respaldan todas las conclusiones que tú me diste acerca de la devoción al Señor”. Ramananda-raya hizo copias de los dos manuscritos y los distribuyó a todos los devotos.

SRI CAITANYA ACEPTÓ EL PLAN DE RAMANANDA-RAYA

Ramananda-raya informó a Sri Caitanya que cumpliendo Su deseo, había obtenido permiso del rey para ir a Puri. Sin embargo, iría acompañado por un gran séquito de tropas, caballos y elefantes. Sugirió que el Gran Maestro Sri Caitanya le precediera al menos diez días antes. Sri Caitanya aceptó el plan de Ramananda-raya y enseguida partió hacia Puri. En el camino de regreso, se detuvo una vez más en Alalanatha, aproximadamente a quince millas de Puri. Cuando inició Su gira por el sur de India, se despidió de Sus amigos allí, en el templo de Alalanatha. Ahora, a Su regreso, envió a Su sirviente Krsna-dasa para informar a los devotos que había regresado sano y salvo, después de pasar dos largos años recorriendo el sur de India.