ML. 14. Y SE FUERON LOS DEVOTOS A PREDICAR

PIDIÓ UNA BENDICIÓN DEL SEÑOR JAGANNATHA

En el templo de Paramananda Puri se había excavado un pozo para beber agua. El agua era turbia y no era apta para beber. Un día, el Gran Maestro Sri Caitanya fue allí inesperadamente e inquirió acerca del agua del pozo. Paramananda Puri contestó: “Esta agua es turbia y fangosa, no es apta para beber”. Entonces el Gran Maestro Sri Caitanya se aproximó al pozo, levantó Sus largos brazos al cielo y pidió una bendición del Señor Jagannatha. El Gran Maestro Sri Caitanya oró: “¡Oh Jagannatha! Bondadosamente concédeme que el río Ganges entre en este pozo excavado por Paramananda Puri. Por favor ordena al Bhagavati Ganga, que fluye desde los cielos hasta los Patala, las regiones infernales, que entre en este pozo”. Después de elevar esta oración, el Gran Maestro Sri Caitanya abandonó el lugar de inmediato. En la mañana siguiente, todos quedaron asombrados al ver que el pozo estaba lleno de agua cristalina. Paramananda Puri se emocionó sobremanera y perdió el sentido. Afirmando que el sagrado Ganges había entrado en el pozo, los devotos caminaron a su alrededor reverentemente. Al escuchar la noticia, el Gran Maestro Sri Caitanya se apersonó allí y levantando Sus brazos al aire, dijo: “Todo aquel que se bañe en este pozo o tome una gota de sus aguas, obtendrá los mismos resultados que se derivan al bañarse directamente en el río Ganges. Su corazón no sólo se limpiará, sino que también se convertirá en un lugar apropiado para el divino descenso del amor por Dios”.

EL MARAVILLOSO FESTIVAL DE LAS CARROZAS HABÍA TERMINADO

El Señor Jagannatha regresó a Su templo principal. El maravilloso festival de las carrozas había terminado y todo volvió a la normalidad. Sri Caitanya reanudó Sus visitas diarias al Templo para ver a Su Señor. Acostumbraba llegar allí muy temprano por la mañana. Cantaba, danzaba y recitaba versos en alabanza al Señor Jagannatha, hasta que llegaba la hora de Su primera comida del día. Solía pararse durante horas en un mismo sitio, y miraba fija y largamente al Señor sin parpadear. Al contemplarle, las lágrimas manaban incesantes de Sus ojos y se deslizaban hasta Su maravilloso pecho dorado, empapando Sus ropas.
A veces caía al suelo cuan largo era. Otras, Sus lágrimas de amor rebosaban los canales de desagüe a un lado del pilar conocido como Garuda Stambha. Nadie podría imaginar siquiera tal abundancia de
lágrimas, ¡qué decir de presenciar la escena! Así, el Gran Maestro Sri Caitanya veía al Señor Jagannatha todos los días desde el Garuda Stambha. Garuda es considerado el rey de los devotos del Señor Jagannatha, y el Gran Maestro Sri Caitanya no quería darle la espalda mientras observaba al Señor. Por consiguiente, Sri Caitanya se situaba detrás y un poco hacia la izquierda de esa columna, para contemplar el rostro de luna del Señor Jagannatha. Cuando Sri Caitanya miraba al Señor, invariablemente veía a Sri Krsna con Su flauta, y los sentimientos de amor divino de Sri Radha se apoderaban de Él. Mientras observaba al Señor Jagannatha como Syamasundara, Krsna en Vraja-Vrndavana, el Gran Maestro Sri Caitanya quedaba intensamente dominado por los sentimientos de amor de Sri Radha. Si había alguien más al lado de Krsna, variaba la profundidad de Sus sentimientos en el humor de Sri Radha. Algunas veces, cuando Subhadra estaba al lado de Syamasundara, esos sentimientos no surgían, porque Subhadra pertenece a la opulencia de Dvaraka. En esas ocasiones, ante la presencia de Subhadra junto al Señor Jagannatha, Sri Caitanya sentía como si estuviese en Kuruksetra, y de inmediato quería abandonar el lugar para ir a Vraja-Vrndavana. Durante el festival de las carrozas, estos sentimientos se intensificaban aún más en el corazón del Gran Maestro Sri Caitanya. Él veía el Templo de Gundica como un bosquecillo de amor bellamente decorado en Vraja-Vrndavana, y Su deseo de halar la carroza hasta el Templo de Gundica, tan raudo como fuese posible, se incrementaba de manera natural. En verdad, el Supremo Krsna descendió sobre esta Tierra como el Gran Maestro Sri Caitanya, para saborear Su propia dulzura a través de las profundidades del amor de Sri Radha por Él. Este deseo era plenamente colmado cuando contemplaba el rostro de luna del Señor Jagannatha, porque en esos momentos experimentaba simultáneamente los más elevados sentimientos de amor en la unión, así como también los más profundos sentimientos de amor en la separación.

IBA A ENCONTRARSE CON HARI-DASA

En las mañanas, cuando Sri Caitanya salía del Templo del Señor Jagannatha, iba a encontrarse con Hari-dasa, quien por haber nacido en una familia musulmana se negaba a visitar la residencia del Gran Maestro. Después de estas visitas matutinas a la casa de Hari-dasa, regresaba a Su hogar y cantaba los santos nombres de Krsna. Los devotos de Bengala solían permanecer en Puri cuatro meses. Durante ese período, Advaita Acarya iba y adoraba a Sri Caitanya todas las mañanas. A cambio, Sri Caitanya elogiaba a Advaita Acarya diciendo: yo`si so`si namo’stu te, “quienquiera que seas, Yo me inclino ante ti”
Poco después del festival de las carrozas, se observó el famoso festival de Janmastami, la celebración del nacimiento del Señor Krsna. En esa ocasión, Sri Caitanya escogió como compañeros para el festival de danzas a Prataparudra, a Kasimisra, a Sarvabhauma, y a un oficial llamado Tulasi. Durante el festival de Janmastami, era tradicional actuar como un Gopa, un pastor de vacas de Vraja, y por lo tanto el Gran Maestro Sri Caitanya comenzó a actuar y a danzar como tal. Advaita Acarya comentó: “Realmente parecerías un pastor de vacas si pudieses jugar con la vara”. Entonces el Gran Maestro Sri Caitanya tomó una vara en Su mano y jugó con ella tan expertamente, que todos los presentes se divirtieron a sus anchas. Nityananda Prabhu no pudo contenerse y se unió al juego de Gopa de Sri Caitanya. De la misma manera, el día del festival de Vijaya-dasami, cuando se celebra la victoria del Señor Ramacandra y Sus tropas de monos, sobre Ravana y su ejército, el Gran Maestro Sri Caitanya y Sus compañeros divirtieron a todos los presentes haciendo el papel de monos.

PERMANECE EN BENGALA

Cuando transcurrieron los cuatro meses de la temporada y los devotos de Bengala se disponían a regresar, Sri Caitanya se apartó con Nityananda Prabhu y le impartió ciertas instrucciones de las que nadie se enteró. Además, le dijo: “Por favor haz lo que te pido. No vengas a Puri todos los años. Permanece en Bengala y complace Mi deseo, predicando a todos el amor y la devoción por Krsna. No encuentro otra persona más calificada para llevar a cabo esta labor. Sólo tú puedes realizar esta tarea tan exigente y difícil”, dijo el Gran Maestro Sri Caitanya. A Advaita Acarya le dijo: “Distribuye la devoción por Krsna a todos los sectores de la sociedad, sin tomar en consideración casta, credo o posición social. Incluso los Candalas, los más bajos de la humanidad, pueden beneficiarse del canto de los santos nombres de Krsna”.

POR FAVOR PÓSTRATE ANTE MI MADRE Y EN MI NOMBRE IMPLORA SU PERDÓN

Gadadhara Pandita y algunos otros devotos permanecieron en Puri para asistir al Gran Maestro Sri Caitanya. Srivasa Pandita fue designado para llevar ropas y Maha-prasadam del Señor Jagannatha a Saci-devi: “Por favor póstrate ante Mi madre y en Mi nombre implora su perdón, porque en lugar de servirle, me convertí en un monje. Como hijo, he fallado en Mi deber hacia ella. He actuado como un loco, pero una madre jamás ve faltas en su hijo loco. Yo estoy en Puri
por su deseo e instrucciones, pero la visitaré ocasionalmente. En realidad, en Mi cuerpo sutil trascendental, la visito todos los días. Por favor recuérdale que durante el pasado festival de Vijaya-dasami, ella cocinó varios vegetales deliciosos que Yo saboreé plenamente. Cuando hizo la ofrenda a las Deidades, lloró al recordar que eran Mis preparaciones favoritas. Así que me presenté allí, y comí todo lo que había cocinado y ofrecido. Cuando enjugó sus lágrimas, no podía comprender qué había sucedido. Pensó que quizás un animal salvaje entró y devoró las preparaciones, o que tal vez, después de todo, no había ofrecido alimento alguno. Por consiguiente, regresó a la cocina, cocinó una vez más y repitió la ofrenda. ¡Por favor, recuérdale ese incidente para que crea en Mis palabras!”. A continuación, el Gran Maestro Sri Caitanya llamó a los devotos individualmente, les dirigió palabras de consuelo y los abrazó. Aun así, ellos abandonaron Puri llenos de tristeza, pensando que posiblemente no verían a su Señor de nuevo hasta el año próximo. Gadadhara Pandita, Paramananda Puri, Jagadananda, Svarupa Damodara, Damodara Pandita, y dos sirvientes más, fueron los únicos que permanecieron junto al Gran Maestro.