Antya Lila. 01. DE REGRESO A PURI

El retorno del Gran Maestro Sri Caitanya a Puri otorgó a Sus seguidores un océano de bienaventuranza. Sri Caitanya envió a Balabhadra con anterioridad para comunicar las nuevas de Su feliz regreso. Los devotos se apresuraron de inmediato hasta Narendra-sarovara para recibir a Sri Caitanya, el Gran Maestro. Entonces Sri Caitanya y todos los devotos, danzaron y cantaron el santo nombre del Señor con alborozo hasta que entraron en Jagannatha Puri. Tan pronto como llegó a la ciudad, el Gran Maestro se dirigió directamente al Templo para ver al Señor Jagannatha, y posteriormente se encaminó hacia Su vivienda en la casa de Kasi Misra. Sin perder un momento, Svarupa Damodara envió a Kala Krsna-dasa como mensajero a Navadvipa, para informar a Saci-devi y a los devotos que el Gran Maestro Sri Caitanya había regresado de Su viaje. Kala Krsna-dasa fue seleccionado específicamente para esta misión y enviado a Navadvipa sin demora, debido al incidente con los Bhatta-maris durante la gira del Gran Maestro por el sur de India.

AL ESCUCHAR LA NOTICIA DEL REGRESO DEL GRAN MAESTRO

Al escuchar la noticia del regreso del Gran Maestro, más de doscientos devotos de Bengala partieron de inmediato hacia Puri. Sivananda Sena de Kulina-grama se hizo cargo del numeroso grupo de devotos. En aquellos días, a menudo estallaban guerras entre los reyes de diferentes provincias. Los recaudadores de impuestos, bandidos y ladrones se aprovechaban de la situación. Pero a pesar de tantos problemas y hostigamientos, el nutrido grupo de devotos recorrió los caminos desde Navadvipa y Nadia, hasta Jagannatha Puri. Sivananda Sena logró que la travesía fuese muy pacífica y feliz para todos los devotos. Acompañando al grupo, iba un perro, el cual tenía un hábito muy peculiar: no comía absolutamente nada que no hubiese sido ofrecido al Señor. En otras palabras, sólo aceptaba los remanentes del Señor, Prasada. Eventualmente, el grupo llegó a un determinado puesto de peaje donde los devotos perdieron mucho tiempo y enfrentaron muchas dificultades para que los dejasen pasar. A partir de entonces, no volvieron a ver al perro. Más tarde, Sivananda Sena se enteró de que el encargado de alimentarlo, había olvidado darle su Prasada, y como resultado el perro desapareció. Los devotos lo buscaron por todas partes, pero no pudieron encontrarlo. Todos ellos se entristecieron por la desaparición del perro, pero prosiguieron su marcha.

EN PURI, DESPUÉS DE LA CEREMONIA DEL BAÑO DEL SEÑOR JAGANNATHA

En Puri, después de la ceremonia del baño del Señor Jagannatha, los fieles y peregrinos no pueden ver al Señor durante dos semanas aproximadamente, hasta que Él abandona el Templo para hacer Su recorrido sobre la carroza que lo lleva al Templo de Sundaracala, el cual simboliza a Vrndavana. El Gran Maestro Sri Caitanya se había trasladado al Templo de Alalanatha para pasar allí ese período en que el Señor Jagannatha se recluye en el interior de Su Templo para apaciguar a Su consorte antes de ir a reunirse con la bella Radha. En esos días, nadie puede verle. Sin embargo cuando el Gran Maestro Sri Caitanya se enteró de la llegada de los devotos de Bengala, enseguida regresó a la ciudad de Puri para darles la bienvenida con gran regocijo. Los devotos llegaron a Puri danzando extáticos mientras cantaban los santos nombres de Krsna llenos de bienaventuranza. Maharaja Prataparudra, el Rey de Puri, se maravilló al presenciar esta fascinante escena desde la azotea de su palacio. Sarvabhauma Bhattacarya y Gopinatha Acarya se encontraban junto al Rey. Gopinatha Acarya comenzó a señalarle al Rey los diferentes devotos individualmente, mencionando sus nombres y sus asombrosas cualidades.
El Gran Maestro Sri Caitanya envió a Sus dos representantes, Svarupa Damodara y a Govinda-dasa, para honrar a los devotos de Bengala con guirnaldas, pasta de sándalo y otros artículos. Tanto Svarupa Damodara como Govinda-dasa, ofrecieron guirnaldas a Advaita Acarya. Como el Rey no había visto a Advaita Acarya anteriormente, preguntó: “¿Quién es esa personalidad tan esplendorosa, que refulge tan bellamente y a quien los dos devotos de Sri Caitanya simultáneamente han decorado con guirnaldas?” Regocijado, Gopinatha Acarya respondió: “Es el gran Advaita Acarya, quien imploró e hizo posible el advenimiento del Gran Maestro Sri Caitanya. Al ver los sufrimientos y las miserias de las almas perdidas de este mundo, Él oró fervientemente y clamó al Señor Supremo, pidiéndole que descendiera a esta Tierra para liberar a todos. Aun el mismo Sri Caitanya le dispensa un gran respeto a este devoto sumamente venerable llamado Advaita Acarya”. El Rey Prataparudra manifestó: “Jamás había visto semejante refulgencia emanando del cuerpo de un ser humano. Me siento honrado e inmensamente bendecido por haber visto a Advaita Acarya, quien invitó el descenso del Gran Maestro a este mundo”. Gopinatha Acarya señaló entonces a Srivasa, a Gadadhara-dasa, a Sivananda Sena, a Murari Gupta, a Vakresvara Pandita y al resto de los devotos. Al contemplar laasombrosa danza y el potente y divino canto de los santos nombres de Krsna, el Rey quedó deslumbrado. “Jamás se había visto ni escuchado semejante forma de danzar y cantar los santos nombres de Krsna”, dijo el Rey profundamente impresionado. Gopinatha Acarya asintió: “¡Oh Rey! Todas tus palabras son muy ciertas”.

LOS DEVOTOS DE PURI CONOCIERON A LOS DEVOTOS DE BENGALA

Los devotos de Puri al fin conocieron a los devotos de Bengala y juntos se abstrajeron en diálogos en torno a los dulces pasatiempos de Krsna y las magnánimas cualidades del Gran Maestro Sri Caitanya. Sri Caitanya expresó a todos: “¡Siempre se debe adorar a Krsna! ¡Siempre se debe pensar en Krsna! ¡Uno debe hablar sólo de Krsna y de nada más! Así, con el simple instrumento de la mente, todos pueden volverse conscientes de Krsna. Sólo así la hermandad y el amor universal estarán al alcance de todos, sin consideración alguna de posición social, raza, credo, color o fe”. Cuando finalmente el nutrido grupo llegó a Puri, Sivananda Sena fue a encontrarse con el Gran Maestro Sri Caitanya, quien le abrazó efusivamente y le hizo sentar a Su lado. Sivananda Sena se sorprendió sobremanera al ver a un perro echado al lado del Gran Maestro. Era el mismo que desapareció en el puesto de peaje el día que no recibió su Prasada a la hora acostumbrada. El Gran Maestro Sri Caitanya alimentó al perro con coco rallado, y para sorpresa de todos éste inmediatamente comenzó a cantar el santo nombre de Krsna. El perro cantó los santos nombres de Krsna tan nítida y claramente, con una voz tan recia, que nadie podía creer lo que escuchaban y quedaron totalmente estupefactos. Sivananda sintió remordimientos y se postró ante el perro para pedirle que le perdonara a él y a los devotos por haber incumplido sus obligaciones con él. Después de algún tiempo el perro desapareció y no lo volvieron a ver jamás. Por la magnánima gracia de Sri Caitanya, el perro obtuvo su cuerpo espiritual perfeccionado y fue directamente a la eterna morada del Señor Narayana.

EL GRAN MAESTRO CONTEMPLABA CON INTENSIDAD EL ROSTRO DE LUNA DEL SEÑOR

Siempre que cantaba y danzaba con los devotos ante la carroza del Señor Jagannatha, el Gran Maestro Sri Caitanya contemplaba con intensidad el rostro de luna del Señor. Cierta vez, el Gran Maestro Sri Caitanya recitó un verso cuyo significado era sumamente profundo y trascendentalmente erótico. En esencia, una esposa expresa insatisfacción al esposo porque después de casarse con él ya no experimenta la misma intensidad amorosa, ni el mismo gozo y placerque solía saborear en sus primeros encuentros como amantes. Ellos acostumbraban encontrarse a solas en las riberas del río Revati. Todos los que escucharon al Gran Maestro Sri Caitanya recitar este verso, se sentían perplejos porque no comprendían su verdadero significado. En una ocasión, en presencia de Rupa Gosvami, el Gran Maestro recitó este verso una y otra vez mientras miraba el exquisito rostro de luna del Señor Jagannatha. Rupa Gosvami de inmediato compuso un verso similar sobre la bella Radha y Krsna, y se lo recitó al Gran Maestro Sri Caitanya. Al escuchar el verso de Rupa Gosvami, Sri Caitanya rebosó con excitación y júbilo. Dando unas afectuosas palmadas en la espalda de Rupa, preguntó: “¡Oh Rupa! ¿Cómo es posible que hayas leído mi mente?” El verso compuesto por Rupa Gosvami describía el profundo sentimiento que Sri Caitanya experimentaba al contemplar ininterrumpidamente el rostro del Señor Jagannatha durante el festival de las carrozas, el mismo profundo sentimiento que Sri Radha experimentara cuando finalmente se encontró con Su amado Krsna en Kurukshetra, después de una larga separación. Krsna vestía como un rey y estaba rodeado de elefantes, caballos y multitudes de personas que para Ella eran completos extraños. Sri Radha no derivaba el mismo placer que solía extasiarla cuando se encontraban en los bosquecillos en las riberas del Yamuna en Vrndavana, cuando Krsna lucía las sencillas pero cautivantes vestimentas de un pastor de vacas.

AL ESCUCHAR LA INVOCACIÓN DE RUPA

Rupa Gosvami permaneció en Puri durante diez meses, y a petición de Sri Caitanya comenzó a reescribir en dos partes un libro que ya existía. Más tarde, lo leyó frente a una distinguida asamblea de devotos, donde Sri Caitanya también estuvo presente. El Gran Maestro apreció altamente su composición. Ramananda-raya le preguntó a Rupa a cuál Deidad había orado e invocado al comenzar su libro, cuyo título era Vidagdha Madhava. Rupa titubeó en contestar, debido a que el Maestro estaba allí, y la Deidad que él había invocado era precisamente el Gran Maestro Sri Caitanya. Como Sri Caitanya no estaba consciente de ello, dijo: “Rupa, ¿por qué vacilas en leer ante la asamblea lo que has escrito? Que los devotos exhorten a un autor para que lea su libro ante ellos, es realmente un honor”. No obstante, Rupa mantuvo su silencio. Entonces Svarupa Damodara tomó el manuscrito que Rupa sostenía en sus manos y leyó lo que éste había escrito. Al escuchar la invocación de Rupa, todos los devotos prorrumpieron en vítores y aplausos con gran júbilo y aprecio. Entonces el Gran Maestro Sri Caitanya comentó: “¡Esas alabanzas son exageradas!”. Sri Caitanya pidió a los devotos allí reunidos quebendijesen a Rupa para que pudiese describir más extensamente los principios de la devoción y los pasatiempos amorosos de la bella Radha y Krsna en Vraja. Los devotos replicaron: “Si Tú le has otorgado a Rupa tantas bendiciones, ¿qué más podemos darle nosotros?” Después del festival de Holi, Rupa regresó a Vrndavana y el Gran Maestro le pidió que Sanatana fuese enviado a Puri.

RAMANANDA-RAYA DESCRIBIÓ LOS MISTERIOSOS LOS PASATIEMPOS DE KRSNA

Pradyumna Misra era un devoto célibe sumamente fuerte y estable, muy consagrado a Krsna. Él suplicó a Sri Caitanya que le conversara acerca de Krsna. En respuesta, Sri Caitanya le aconsejó ir donde Ramananda-raya para escuchar acerca de esos temas, porque aunque aparentemente era un jefe de familia, era la persona más calificada para hablar de Krsna. Tal como se lo había indicado el Gran Maestro, Pradyumna Misra fue a ver a Ramananda-raya. Sin embargo, cuando los asistentes de Ramananda-raya le informaron que éste estaba ocupado enseñando canto y danza a unas jovencitas para el placer del Señor Jagannatha, regresó de inmediato donde el Gran Maestro. Pradyumna Misra se había sentido muy decepcionado al escuchar que Ramananda-raya estaba en compañía de jóvenes doncellas, enseñándolas a bailar para deleite del Señor Jagannatha. Tan pronto como llegó donde el Gran Maestro, le relató lo que había visto y escuchado. Sri Caitanya le reprochó: “Debes regresar donde Ramananda-raya. Al juzgar el carácter de Ramananda-raya basándote en un dato tan insignificante, has incurrido en una grave ofensa”. El Gran Maestro continuó: “Por escuchar y discutir constantemente el Srimad Bhagavatam, el cuerpo físico de Ramananda-raya se ha convertido en un cuerpo celestial. En realidad, nadie puede igualarle en fortaleza de carácter, determinación y magnanimidad hacia los demás. La persona que posee una voluntad de acero, que es firme y constante en su servicio, es capaz de escuchar y explicar los más sagrados pasatiempos de la bella Sri Radha, Sri Krsna y las Gopis. La incesante absorción en esos pasatiempos supremamente sagrados y trascendentales, transforman el cuerpo y la mente materiales en espirituales”. Comprendiendo que había incurrido en ofensa, Pradyumna Misra regresó donde Ramananda-raya e imploró que le permitiese escuchar de sus labios acerca de los pasatiempos de Radha y Krsna. Ramananda-raya describió los misteriosos movimientos y los pasatiempos de Krsna, su profundo significado inherente, y la dulzura de la bella Radha y de Krsna. Ramananda-raya se abstrajo tanto mientras hablaba de Krsna, que no se dio cuenta cuando el día se convirtió en noche. El deseo de toda la vida dePradyumna Misra, de escuchar acerca de los pasatiempos de Krsna, fue inmensamente complacido por la gracia del Gran Maestro Sri Caitanya. Abandonó la residencia de Ramananda-raya con el corazón rebosante de agradecimiento y satisfacción

LA VERDADERA NATURALEZA DEL SEÑOR JAGANNATHA

En una oportunidad, un Brahmana bengalí escribió una obra sobre la vida del Gran Maestro Sri Caitanya, la cual leyó ante la asamblea de los devotos en Puri. Todos los devotos apreciaron la obra y expresaron el deseo de que le fuese leída al Gran Maestro. La reacción de Sri Caitanya fue: “Que Svarupa Damodara la escuche primero, y si él considera que es digna de atención, me sentiré feliz de escucharla”. La obra del Brahmana había sido escrita en un lenguaje muy hermoso y su composición era excelente. El primer verso era una alabanza al Señor Jagannatha y a Sri Caitanya. El Brahmana declaraba que debido a la presencia del Gran Maestro Sri Caitanya, el Señor Jagannatha se ha convertido ahora en Su verdadero Ser. Comparaba al Señor Jagannatha simplemente con el cuerpo del Señor Supremo, y a Sri Caitanya con Su alma. En su alabanza a Sri Caitanya, el Brahmana aducía que el Gran Maestro estaba impartiendo verdadero conocimiento a los profanos y a los ignorantes, y era quien mejor velaba por nuestro bienestar. Todos, excepto Svarupa Damodara, elogiaron el verso del Brahmana. Entonces Svarupa Damodara pidió que el autor explicara el verso con más detalles. El Brahmana dijo: “La bella Deidad del Señor Jagannatha es el cuerpo de Brahman, pero Su alma es el Gran Maestro Sri Caitanya. Para distribuir amor por Dios a todas las entidades vivientes, el Señor Supremo ha descendido sobre la Tierra como Sri Caitanya, el Gran Maestro. Con el descenso del Gran Maestro Sri Caitanya, el Señor Jagannatha, la Deidad de Daru Brahman plenamente ha recuperado Su alma en el advenimiento del Gran Maestro Sri Caitanya. ¡Qué Ellos se complazcan en redimirnos!”.
Después de escuchar las explicaciones del Brahmana sobre su propio verso, Svarupa Damodara reiteró con firmeza: “Tu verso no sólo ha sido escrito de manera imperfecta, sino que también tus conclusiones son incorrectas. Al escuchar tu verso, es evidente que no tienes fe en esos dos Señores, ni crees en ninguno de Ellos”. Svarupa Damodara continuó: “El Señor Jagannatha es el Supremo Brahman espiritual y posee eternidad, conocimiento y bienaventuranza plenos. Aun así, tú le has descrito como un cuerpo, como un objeto inanimado, ¡lo que ciertamente no es! De manera similar, el Gran Maestro Sri Caitanya es el Señor Supremo, quien posee las seis opulencias en grado sumo.
Pero tú le has comparado con el alma de un cuerpo. No reconociste la verdadera naturaleza del Señor Jagannatha ni la del Gran Maestro Sri Caitanya. ¡Por consiguiente has pecado ante estos dos Señores! Además incurriste en otra ofensa imperdonable. El Supremo Brahman es la personificación de todo. En el inconcebible e incomprensible Brahman no hay existencia separada del cuerpo y del alma. ¡Su cuerpo y Su alma son coexistentes! En el Señor Supremo no existen tales diferencias y separaciones. En tu verso describes a uno de Ellos como un simple cuerpo, y al Otro, como alma. Ambas son conclusiones incorrectas y especulativas”, señaló Svarupa Damodara. Además, Svarupa Damodara sugirió que si al verso se le daba una interpretación diferente, quizás se podría sacar algo bueno de él. A continuación, Svarupa Damodara comenzó a dar su interpretación del verso compuesto por el Brahmana bengalí. El declaró: “Jagannatha es como el alma de Krsna, pero se ha manifestado como la Deidad Daru Brahman. Simultáneamente, sin embargo, siempre es idéntico al Señor Krsna. Para liberar a la humanidad, el Señor Krsna se ha manifestado en dos formas, y aunque permanece como un principio divino, ahora se muestra como Brahman en movimiento. El Señor Jagannatha es la manifestación Daru Brahman, la forma del Señor sin movimiento, y el Gran Maestro Sri Caitanya ha aparecido como el Señor encarnado en una forma con movimiento para liberar a todas las entidades vivientes caídas de este universo. Si tu verso hubiese sido interpretado de esa manera, no hubiese sido imperfecto”. Personas de todas partes iban a Puri en peregrinaje y todos aprovechaban la oportunidad para ofrecer sus respetos y recibir las bendiciones del célebre Gran Maestro que residía en Puri. Sri Caitanya los recibía con amabilidad y personalmente instruía a muchos de ellos, apoderando a los idóneos con Su energía divina.