AL. 04. LOS CAPRICHOS DE NIMAI

LAS EXIGENCIAS DE NIMAI

Después de la desaparición de Su padre Jagannatha Misra, las exigencias de Nimai por ciertas cosas se incrementaron. Cuando Su madre no podía satisfacerle, se enojaba mucho y creaba toda una escena. Un día pidió una guirnalda y pasta de sándalo para adorar al Ganges. Saci-devi le pidió que aguardara un poco y le aseguró que ella trataría de obtener esos artículos a la mayor brevedad posible. La simple idea de tener que esperar enojó tanto a Nimai, que rompió las ollas y los recipientes llenos de aceites, mantequilla clarificada, sal, especias, arroz, leche, granos, agua del Ganges, y otros artículos caseros. Luego Su ira se incrementó, asió un palo y destrozó todo lo que estuvo a Su alcance, incluyendo el techo de la casa, los árboles, el piso, así como los patios. La ira de Nimai aterrorizó tanto a Saci-devi, que se escondió. Nimai comenzó entonces a rodar una y otra vez por el suelo, hasta que se agotó y se durmió. Saci-devi envió por las guirnaldas y se las dio a Nimai mientras Él aún permanecía en el suelo. Ella limpió el polvo que cubría el dorado cuerpo de su hijo, y le envió al Ganges a bañarse. Nimai se sintió avergonzado y se apresuró hacia el sagrado río para darse un baño.

¡KRSNA ES EL SUSTENTADOR! ¡ÉL ES QUIEN NOS MANTIENE!

Más tarde, Nimai regresó a casa sereno, adoró al Señor, regó la sagrada planta Tulasi, y luego se sentó a almorzar. Después de la comida, Saci-devi le dio especias dulces para ayudar a la digestión, como era la costumbre de aquellos días. Cuando comenzó a saborearlas, Su madre le explicó: “Mi querido hijo, esta casa y todo lo que hay en ella es Tuyo. Cuando destruyes algo, eres Tú quien pierde, no yo. Ahora ve a la escuela a estudiar, pero en la casa no queda nada para cocinar. ¿Qué comerás mañana?” Nimai rio y contestó: “¡Krsna es el sustentador! ¡Él es quien nos mantiene! ¡Él nos alimentará!” Luego partió rápidamente hacia la escuela. Cuando regresó en la noche, le entregó a Su madre un poco de oro y dijo: “¡Madre! Krsna nos ha proporcionado esto. Estoy seguro bastará para cubrir todos tus gastos”. Saci-devi estaba atónita, no sabía si su hijo había pedido el oro prestado o lo había obtenido por medios sobrenaturales. De todos modos, le pidió a un sirviente que tasara el oro en varios mercados antes de venderlo. Esta fue la última travesura de Nimai.

Ya no era un niño pequeño y tenía la determinación de sobresalir en Sus estudios. Los libros se convirtieron en Sus compañeros inseparables. Era el mejor alumno de Su clase y el favorito de Su profesor.

NIMAI DESAFIÓ A MURARI GUPTA

Una vez, Nimai desafió a Murari Gupta, un compañero de clases y Su primer biógrafo, diciéndole: “¿Para qué estudias gramática? Te iría mucho mejor si siguieras el oficio de tu familia que es recoger hierbas y raíces. La gramática es una materia muy difícil y no cura la tos ni la indigestión”. Murari Gupta se enojó mucho y retó a Nimai a un debate de gramática. Nimai aceptó el reto, pero al finalizar el debate los honores fueron compartidos equitativamente. A la edad de dieciséis años, Nimai concluyó Sus estudios y Mukunda Sañjaya le invitó a su escuela para que enseñara a su hijo. En agradecimiento por haberle enseñado, Mukunda le cedió la escuela. En poco tiempo la fama de Nimai se esparció a todo lo largo y ancho del país. Muchos estudiantes vinieron para aprender gramática sánscrita del apuesto y joven maestro Nimai Pandita. Los principales Panditas de Navadvipa le dieron permiso para abrir Su propia escuela. Sin embargo, los Panditas de Navadvipa pronto sintieron temor de Nimai. Cada vez que se encontraba con ellos, Nimai les hacía preguntas sobre puntos muy sutiles acerca de las conclusiones de las Escrituras. Ellos se ponían muy nerviosos porque no podían contestar las profundas e insidiosas preguntas de Nimai, y se veían forzados a admitir que Él tenía un insondable conocimiento de las Escrituras. La fama de Nimai hacía muy feliz a Su madre Saci-devi, y con gran gozo ella comenzó a pensar en Su matrimonio. Nimai solía pasear por la ciudad en compañía de Sus estudiantes, retando a todos Sus contemporáneos a sostener debates literarios con Él. Por aquellos días, Navadvipa era muy famosa por sus Panditas expertos y eruditos. Sin embargo, ninguno podía retar ni confrontar a Nimai Pandita. Así, Nimai era respetado por todos y cuando paseaba por las calles de Navadvipa todos le saludaban con humildad.

LAS BENDICIONES DE UN SANTO

Un día, Srivasa Pandita se encontró con el joven Nimai en el camino y le exhortó a dedicar Su vida al Supremo Señor Krsna. Srivasa Pandita le dijo: “La meta más elevada de la vida no es la erudición ni el conocimiento, sino el logro del amor por Dios. Si uno trata de adquirir conocimiento disociado del proceso para alcanzar ese amor, dicho conocimiento sólo lo llevará al engreimiento y a la vanagloria”. Nimai recibió estas palabras con gran felicidad, aceptándolas como una bendición de Srivasa Pandita. Tenía la certeza de que las bendiciones de un santo son totalmente efectivas.