AL. 07. UN PERFECTO JEFE DE FAMILIA

A LA EDAD DE VEINTE AÑOS

Por aquel tiempo, Nimai había tomado muy en serio sus deberes como jefe de familia. Enviaba ropa y alimentos a aquellos que ejecutaban rituales sagrados. Regalaba dinero, alimentos y vestimentas al menesteroso y Su puerta siempre estaba abierta para satisfacer a los monjes visitantes. En aquellos días, Nimai declaró que los hombres de familia debían recibir huéspedes y ofrecer regalos. La reputación de Nimai como erudito consumado se había extendido por doquier. A la edad de veinte años viajó a Bengala Oriental con los fines de recabar fondos para Su instituto y favorecer a numerosas personas con Su vasto conocimiento y erudición. En esa ocasión tuvo el placer de visitar la casa paterna y cumplir la promesa que Su madre le hiciera a su suegra, Sobha-devi, de enviar a su nieto de visita después que naciera. Los expertos de Bengala Oriental sabían que Nimai era un gran erudito por Su comentario sobre gramática sánscrita, denominado Kalapa Vyakarana. Esos Panditas habían leído dicho comentario y deliberaban acerca de él. Cuando Nimai llegó a Bengala Oriental, el pueblo le dispensó un recibimiento impresionante. La gente de Srihatta, el lugar de nacimiento de Sus padres, le dio la más cálida bienvenida considerándole como uno de los suyo. Advaita Acarya, Srivasa Pandita y Murari Gupta, quienes para entonces residían en Nadia, eran originarios de la aldea de Srihatta.

LA ASOMBROSA BELLEZA DE NIMAI Y SU PROFUNDA ERUDICIÓN

La asombrosa belleza de Nimai y Su profunda erudición, atraían gente de todo el mundo. El pueblo de Bengala Oriental consideraba como una extraordinaria fortuna la oportunidad de tocar Sus pies de loto y se sentía infinitamente agradecido de recibirle. Los eruditos de Bengala Oriental disertaban con Nimai, mientras Sus estudiantes escuchaban cuidadosamente la insondable profundidad del conocimiento de su maestro. Cierto día, un residente de Bengala Oriental llamado Tapana Misra, el hijo de Raghunatha Bhatta Gosvami, tuvo un sueño donde se le instruía aproximarse a Nimai y pedirle consejo acerca de un problema particular que había estado en su mente por largo tiempo. Tapana Misra se acercó a Nimai e inquirió acerca de los ideales más elevados de la vida. Nimai contestó: “El Sankirtana, el canto pleno y en voz alta de los santos nombres de Krsna, los cuales no son diferentes de Él, es en esta era de riña el medio más efectivo para alcanzar los ideales espirituales más elevados de la vida. No hay otro medio para alcanzar el amor por Dios, como no sea el canto de Sus
santos nombres”. Nimai continuó: “Los santos nombres bendicen profusamente tanto a quien los canta, como también a las personas que los escuchan. En la era actual, aquel que puede concentrarse continuamente en el canto del santo nombre, es en verdad bendito”. Tapana Misra se sintió muy feliz al escuchar esta respuesta y de inmediato se fue a Varanasi, tal como Nimai se lo pidiera. Nimai experimentó gran placer al bañarse en el río Padma de Bengala Oriental. Pensó que este río era idéntico al Ganges en Navadvipa. Luego, apoderó al río Padma con amor por Dios, diciendo: “Toma este amor por Krsna y otórgaselo a Narottama cuando llegue. Por favor guárdalo en secreto. Reconocerás a Narottama por su contacto. Cuando él toque tus aguas, éstas crecerán e inundarán tus riberas”. El río Padma pudo comprender las palabras de Nimai y más tarde transmitió ese amor a Narottama.

NIMAI REGRESÓ A NAVADVIPA

Nimai regresó a Navadvipa después de obtener gran fama y fortuna en los pueblos de Bengala Oriental. Mientras permaneció ausente, Laksmi-priya partió de este mundo por causa de la mordida de una serpiente. Los Panditas dicen que fue la mordida de la serpiente de la separación de Nimai. A Su regreso, Saci-devi y otros le recibieron apesadumbrados. Ellos pensaron que lo mejor era no dar la mala noticia a Nimai hasta que hubiese terminado de comer. Mientras comía, Nimai trató de divertir a todos imitando el dejo peculiar de los bengalíes orientales, pero ellos permanecieron silenciosos y tristes. Más tarde, cuando todos los invitados se marcharon, Saci-devi se escondió de Nimai. Entonces Nimai se acercó y le preguntó: “Madre, ¿por qué estás tan triste?” Saci-devi estalló en llanto, despertando sospechas en Nimai, quien ya había echado de menos la presencia de Laksmi-priya. Nimai le preguntó a Su madre: “¿Acaso le ha acontecido algún infortunio a tu nuera?” Saci-devi relató entonces toda la historia de Laksmi-priya a Nimai, quien permaneció callado por largo tiempo y luego comenzó a llorar. Después, pensó en el bienestar de Su madre y se contuvo para consolarla.

LA PARTIDA DE LAKSMI-PRIYA SACUDIÓ A NIMAI

La partida de Laksmi-priya sacudió a Nimai, quien para alejar Su dolor se sumergió profundamente en los estudios. Se dedicó a la filosofía Nyaya, escribiendo ilustres y eruditos comentarios acerca de ella. Un día, mientras cruzaba el Ganges en una barca en compañía de Raghunatha Siromani, un brillante erudito en Nyaya, Nimai le leyó el comentario que había escrito sobre la filosofía Nyaya. El rostro de
Raghunatha palideció. Cuando Nimai notó su reacción, preguntó: “¿Por qué te has puesto tan triste?” Raghunatha contestó: “Yo escribí un comentario sobre el mismo tema que Tú has tratado, pero nadie lo aceptará mientras exista en este mundo Tu comentario impoluto y perfecto”. Al escuchar estas palabras, Nimai sonrió y lanzó Su manuscrito al Ganges. Raghunatha quedó estupefacto al ver tan profundo grado de sacrificio y el comportamiento ejemplar de su amigo Nimai. Nimai tomaba cada vez más en serio Su rutina diaria. Dirigía Sus clases con gran dignidad. Castigaba a los estudiantes que llegaban a clases sin haber dibujado en sus frentes la sagrada marca de Tilaka. Sus alumnos tenían que cantar los sagrados Gayatri-mantras antes de entrar a clases. La rutina de Nimai consistía en dar clases durante el día. Cuando éstas concluían, Su sirviente ungía Su cabeza con aceite antes de ir a darse un baño en el Ganges. Después del baño, tomaba Sus alimentos y luego descansaba un poco. En la noche, caminaba por las riberas del Ganges en compañía de Sus estudiantes. Cuando regresaba a casa, continuaba estudiando hasta la medianoche o incluso más tarde. Saci-devi sentía profundamente la falta de su nuera Laksmi- priya, y deseaba que su hijo se volviera a casar. Temía que si la mente de Nimai no era distraída, Él seguiría los pasos de Visvarupa, Su hermano mayor, convirtiéndose en monje. La muerte de Laksmi-priya hizo que la bienaventurada y feliz atmósfera de la casa de Saci-devi se cambiara en tristeza. Saci-devi comenzó entonces a buscar una joven que se consagrara a su hijo Nimai. Pronto una doncella muy bella atraería su atención. Un día, mientras se daba un baño en el Ganges, Saci-devi vio a Visnu-priya, la hija del Pandita Sanatana Misra. Visnu-priya era maravillosamente hermosa y exquisitamente encantadora. Saci-devi sintió afecto por ella a primera vista. Entonces, pidió a Kasinatha Misra llevar a cabo los arreglos para los esponsales de Visnu-priya con su hijo Nimai. El padre de Visnu-priya, Sanatana Misra, y su madre Mahamaya-devi, se llenaron de gozo cuando escucharon las buenas noticias de labios de Kasinatha Misra. No podían concebir que su hija fuese escogida para ser la esposa de Nimai, el Pandita más famoso de todos los tiempos.

LAS BODAS DE NIMAI Y VISNU-PRIYA

Poco después, las bodas de Nimai y Visnu-priya se celebraban con gran pompa y esplendor. Buddhimanta Khan, un gran terrateniente musulmán, un Zamindar de aquellos días, se hizo cargo de los gastos. Un incidente asombroso tuvo lugar en la noche de bodas. Cuando Nimai llevaba a Visnu-priya a la habitación donde pasarían la primera noche, ella tropezó con la puerta de madera, se hirió un pie y comenzó a sangrar profusamente. Visnu-priya se sintió mal y experimentó un fuerte dolor. Nimai presionó continuamente la herida con la planta de Su pie derecho. Al instante dejó de sangrar y el fuerte dolor desapareció. Visnu-priya consideró que su herida era un mal presagio, pero las consoladoras palabras de Nimai pronto le hicieron olvidar el asunto. Ella pudo comprender que su amoroso y maravilloso Nimai erradicaría de inmediato cualquier calamidad que tuviese que enfrentar en la vida. La felicidad de Saci-devi no tenía límites. Recibió a su hijo y a su nuera a la usanza tradicional. Cuando ellos se sentaban juntos, refulgían espléndidamente como si fuesen Laksmi y Narayana. En presencia de Visnu-priya, Saci-devi sentía como si Laksmi-priya hubiese regresado de su morada celestial, ya que física y mentalmente eran casi idénticas. Nimai representaba el papel de un jefe de familia ideal y esto hacía a Su madre muy feliz. El amor que Nimai y Visnu-priya compartían era tan insondable e ilimitado que hasta el día de hoy los devotos les rinden adoración como pareja divina.