ML. 07. VIAJE AL SUR DE INDIA

DEBO IR AL SUR A BUSCARLE

Sri Caitanya permaneció aproximadamente dos meses en Puri-dhama antes de iniciar Su extensa gira por el sur de India. El Gran Maestro expresó profusamente Su gratitud a todos Sus compañeros por haberle asistido. Con el pretexto de ir en busca de Visvarupa, Su hermano mayor, solicitó de ellos su consentimiento para viajar solo. Cuando los devotos preguntaron: “¿Por qué el Gran Maestro Sri Caitanya va a emprender una gira por el sur de India?”, el Gran Maestro respondió vivamente: “Mi hermano mayor Visvarupa, quien se convirtió en monje hace mucho tiempo, desapareció en el sur. Ni Mi madre ni Yo conocemos su paradero. Por lo tanto, debo ir al sur a buscarle”. Los devotos, sin embargo, sabían que éste era sólo un pretexto para visitar el sur de India y liberar a la gente de esa región concediéndoles la maravillosa dádiva del amor por el Señor Sri Krsna. Sri Caitanya expresó claramente Su deseo de que nadie le acompañase y los devotos fueron presa de una depresión extrema. Nityananda Prabhu quería acompañar al Gran Maestro, porque conocía bien la región. Era preciso que alguien acompañase a Sri Caitanya en Sus viajes, pero las reiteradas súplicas de Nityananda Prabhu, Jagadananda Pandita, Mukunda y Svarupa Damodara, no lograron cambiar la decisión del Gran Maestro.

SRI CAITANYA ACORDÓ LLEVAR CONSIGO A KRSNA-DASA

Entonces, Nityananda Prabhu recalcó muy hábilmente que debía llevar al menos un compañero para cargar Su muda de ropa, su jarra de agua y otros artículos personales, porque Él siempre estaba absorto en profundos sentimientos de amor por Dios, y alguien tendría que velar por esas pertenencias cuando Él se encontrara inmerso en Su éxtasis de amor divino. Después de muchos esfuerzos para persuadirle, el Gran Maestro Sri Caitanya acordó llevar consigo a un Brahmana de nombre Krsna-dasa. Sri Caitanya fue entonces donde Sarvabhauma a pedir su consentimiento para viajar al sur de India. Sarvabhauma solicitó al Gran Maestro que permaneciera en su hogar algunos días más antes de iniciar Su viaje. Después de pasar en Puri cuatro días adicionales, Sri Caitanya decidió iniciar Su travesía por el sur de India, anhelada durante largo tiempo. Antes de partir, visitó el Templo de Jagannatha para ofrecer Sus respetos al Señor, y recibió la guirnalda del Señor Jagannatha de manos del sacerdote del templo como una bendición para Su viaje.
Al despedirse de los devotos, el Gran Maestro Sri Caitanya pidió a cada uno de ellos que le bendijeran para regresar sano y salvo, una vez concluida Su gira por el sur de India.

EL GRAN MAESTRO SRI CAITANYA ABANDONÓ PURI

El Gran Maestro Sri Caitanya abandonó Puri y avanzó a lo largo del sendero de la costa hasta Alalanatha. Cuando Sarvabhauma se despidió del Gran Maestro, le rogó que fuera a conocer a Ramananda-raya, quien residía cerca del río Godavari. “Ramananda-raya pertenece a una clase social inferior”, dijo Sarvabhauma, “pero por favor, no le rechaces por eso. Anteriormente yo no podía entender su profunda visión espiritual y me reía de su filosofía y de sus sentimientos devocionales. Ahora, por Tu gracia, he comprendido cuán importante es la filosofía acerca de la cual me habló Ramananda-raya. Cuando le conozcas, podrás percibir su grandeza”. Feliz, el gran Maestro Sri Caitanya, prometió que iría a conocer a ese devoto maravilloso llamado Ramananda-raya. A continuación abrazó a Sarvabhauma y dio inicio a Su travesía. Sarvabhauma se desmayó en el acto y cayó al suelo, pero el Gran Maestro prosiguió Su camino sin mirar atrás. Nityananda Prabhu encargó que llevaran a Sarvabhauma de regreso a su hogar, mientras él y los otros devotos acompañaban a Sri Caitanya hasta Alalanatha, donde pernoctaron. La mañana siguiente, el Gran Maestro Sri Caitanya continuó Su camino seguido por Krsna-dasa, en tanto que los devotos, sintiéndose muy tristes, permanecieron en Alalanatha y pasaron el día allí. Finalmente tuvieron que regresar a Puri, acongojados por la separación de su Amo y Señor, Sri Caitanya.

EL GRAN MAESTRO SRI CAITANYA INICIÓ SU GIRA POR EL SUR DE INDIA.

El Gran Maestro Sri Caitanya inició su gira por el sur de India. Caminaba apresuradamente, con la poderosa gracia de un león, mientras cantaba sin cesar: Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna he Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna he Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna raksa mam Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna Krsna pahi mam Rama Raghava Rama Raghava Rama Raghava raksa mam Krsna Kesava Krsna Kesava Krsna Kesava pahi mam A todo el que encontraba en Su camino, Sri Caitanya le pedía: “Por favor canta `¡Hari! ¡Hari!’, los santos nombres del amoroso Señor queroba los corazones”. Muy pronto todos se sintieron atraídos hacia Él. Al escuchar los dulces nombres del Señor Krsna la gente repetía “¡Hari! ¡Hari!”, mientras seguían al Gran Maestro. Cuando regresaban a sus hogares, Sri Caitanya agitaba Su mano en señal de despedida y ellos sentían que Él los abrazaba. Los corazones de aquellos que le veían y luego regresaban a sus respectivas aldeas, desbordaban con una maravillosa sensación de deleite al cantar los santos nombres de Krsna. Ellos persuadían también a otros miembros de su comunidad para que cantaran los santos nombres de Krsna. De ese modo, aldeas y pueblos enteros fueron convertidos plenamente por la asombrosa magnanimidad del Gran Maestro. Dondequiera que iba, le seguían multitudes de personas profundamente interesadas y sumamente impresionadas con Su belleza y Su amor extraordinarios. Aldeas completas fueron entusiasmadas por la intensidad de Su devoción, y prácticamente todos se convirtieron y se unieron al canto de los santos nombres de Krsna. Cuando llegó al lugar conocido como Kurma-sthana, visitó el templo de Kurma y ofreció Sus respetos a la Deidad, la encarnación de Visnu que salvó al universo. Luego aceptó donativos y continuó Su travesía.

VASUDEVA PADECÍA DE UNA LEPRA SEVERA.

En Kurma-sthana vivía un Brahmana llamado Vasudeva que padecía de una lepra severa. Su enfermedad estaba tan avanzada, que todos sus miembros se habían infectado, y su cuerpo estaba cubierto con llagas llenas de gusanos. Cuando Vasudeva escuchó que el Gran Maestro Sri Caitanya llegó a Kurma-sthana, arrastró su desmembrado y exánime cuerpo hasta el templo de Sri Kurma-deva, con el deseo de contemplar la belleza del Gran Maestro. Cuando llegó allí, escuchó que Sri Caitanya ya había abandonado Kurma-sthana. Vasudeva comenzó a llorar y a lamentarse amargamente porque no había obtenido un vislumbre del Gran Maestro. Reflexionando sobre su gran infortunio, continuó llorando lastimeramente, sintiéndose completamente desesperanzado. Sin embargo, para gran asombro de todos, el Gran Maestro Sri Caitanya se presentó inesperadamente en ese preciso lugar y abrazó al leproso Vasudeva. Vasudeva instantáneamente se curó de la lepra, recuperó los miembros perdidos, y se sintió sumamente agradecido por la misericordia que le había dispensado el Gran Maestro. Sri Caitanya aconsejó entonces a Vasudeva que predicara el canto de los santos nombres de Krsna a todas las entidades vivientes. Le aseguró que si seguía fielmente estas instrucciones, Krsna ciertamente le aceptaría como Su devoto exclusivo. Después de sanar la espantosa enfermedad de Vasudeva, el Gran Maestro Sri Caitanya rápidamente desapareció de ese lugar.

EL AMOR POR EL SEÑOR LE TRANSPORTÓ

Siguiendo el programa que se había trazado, visitó el templo de Jiyada Nrsimha, un lugar de peregrinaje situado en las riberas del río Godavari, que le recordaba al sagrado Yamuna. Cuando el Gran Maestro Sri Caitanya vio la Deidad del Señor Nrsimha-deva, ofreció Sus respetos postrándose en el suelo cuan largo era. El amor por el Señor le transportó, y en éxtasis comenzó a danzar, cantar y ofrecer incontables oraciones. Él recitó: sri nrsimha jaya nrsimha, jaya jaya nrsimha prahladesa jaya padma-mukha-padma-bhrnga “¡Toda gloria a Nrsimha-deva! ¡Toda gloria a Nrsimha-deva, el Señor de Prahlada! Él contempla perennemente, con gran felicidad, el bello rostro de loto de Laksmi, la diosa de la fortuna”. A continuación recitó otro verso en alabanza al Señor Nrsimha-deva: “Aunque la leona es sumamente feroz, ella es muy afectuosa con sus cachorros. De la misma manera, aunque Nrsimha-deva es muy fiero y agresivo con aquellos que son contrarios a los devotos, como Hiranyakasipu, aun así Él es muy suave, gentil y bondadoso con Sus devotos, como Prahlada”. El sacerdote trajo la guirnalda y los remanentes del Señor Nrsimha-deva y los ofreció al Gran Maestro Sri Caitanya. A su debido tiempo, el Gran Maestro Sri Caitanya llegó a Rajahmundry, la capital de la provincia de Vidyanagara, a orillas del sagrado río Godavari. El Gran Maestro Sri Caitanya se bañó y luego se sentó en las orillas del Godavari, evocando el Yamuna de Vraja. Allí, quedó absorto en el canto de los santos nombres de Krsna.