ML. 17. LA BELLEZA DE VRAJA

LOS PRECIADOS RADHAKUNDA Y SYAMAKUNDA

La acción más importante de Sri Caitanya en Vraja fue redescubrir los preciados Radhakunda y Syamakunda, las joyas cimeras de todos los lugares sagrados. Él buscó la aldea denominada Arista, y cuando llegó allí preguntó a todos sobre la ubicación de Radhakunda y Syamakunda, donde la bella Radha y Krsna llevaron a cabo Sus más asombrosos pasatiempos. Para sorpresa Suya, nadie pudo ayudarle a localizar estos dos lagos sumamente sagrados, ¡mucho menos hablarle acerca de su existencia previa! El Gran Maestro Sri Caitanya comenzó entonces a buscar por doquier hasta que encontró dos campos de arroz denominados Gauri y Kali, situados uno al lado del otro. Por aquel entonces, estaban sembrados de arroz y por consiguiente estaban llenos de agua. Sri Caitanya de inmediato pudo comprender que eran Radhakunda y Syamakunda, y recitó versos alabando extensamente estos dos lagos encantadores. En arrobamiento incontenible, repentinamente se sumergió en sus aguas, las cuales conceden exclusivamente el amor divino, y se bañó en ellos con profunda reverencia. Después de Su baño, recogió un poco de cieno en los dos campos de arroz e hizo con él marcas de Tilaka en Su frente y en Su cuerpo. También ató una porción de ese cieno en el borde de Su vestimenta superior. Todo indicaba claramente que Sri Caitanya, El Señor Supremo en persona, había descubierto los sagrados y exquisitos lagos Sri Radhakunda y Syamakunda en Vraja.

LA FAMOSA DEIDAD DE SRI GOPALA

Prosiguiendo Su peregrinaje, el Gran Maestro Sri Caitanya visitó Govardhana, pero estaba renuente a tocar la sagrada montaña con Sus pies. Se negó a subir sobre la colina, pero esto representaba un dilema para Él, porque estaba sumamente ansioso por ver la famosa Deidad de Sri Gopala, descubierta por Sri Madhavendra Puri, el Guru de Su maestro espiritual. La Deidad estaba situada en un Templo en la cima de la Colina de Govardhana. Una noche, mientras el Gran Maestro Sri Caitanya meditaba sobre el dilema, alguien informó a los residentes de Govardhana que los Turcos irían esa noche a saquearlos. Como por aquel entonces esas incursiones eran bastante comunes, los aldeanos abandonaron sus hogares esa misma noche, llevando consigo a la Deidad de Gopala hasta una aldea denominada Ganthuli. A la mañana siguiente, Sri Caitanya escuchó este inesperado acontecimiento y pudo ver a la Deidad de Sri Gopala en Ganthuli. Se sobreentiende que la Deidad descendió de la cima de la Colina de Govardhana para otorgar Su divina audiencia al Gran Maestro Sri Caitanya, quien se negaba a subir a la sagrada Colina.

LAS MULTITUDES COMENZARON A CRECER

Sri Caitanya permaneció en Vraja algunos días y luego regresó a Mathura. Para entonces, la noticia de Su presencia en Vraja se había esparcido rápidamente, y la gente venía corriendo de todas partes para tener un vislumbre del Señor. La gente quería verle, hablar con Él, tocarle y recibir Su gracia. Las multitudes comenzaron a crecer y Balabhadra sugirió al Gran Maestro Sri Caitanya que debían abandonar Vraja-Vrndavana para ir Prayaga y darse un baño allí en el auspicioso día de Makara Samkranti. Sin embargo, el Gran Maestro primero quiso visitar la casa del Brahmana Sanaudiya en Mathura, pero debido al creciente número de personas que le seguía, se vio forzado a trasladarse a Akrura-ghata, un balneario a orillas del río Yamuna. A veces solía ir desde Akrura-ghata hasta Vrndavana, donde acostumbraba hacer Sankirtana, el canto de los santos nombres en congregación, hasta el mediodía. Por aquel entonces un Rajput, un habitante de la provincia de Rajastan, de nombre Krsna-dasa, abandonó a su familia y siguió al Gran Maestro.

LA TENTACIÓN DE VER A KRSNA INVADIÓ A BALABHADRA

En esos días, se esparció un rumor en Vrndavana de que Krsna, una vez más, estaba apareciendo de noche en Kalidaha, en el Yamuna, danzando sobre las capuchas de Kaliya, la serpiente de numerosas cabezas. Cuando testigos oculares reportaron este extraño incidente a Sri Caitanya, Él sonrió y dijo: “Todo es posible”. Durante tres noches consecutivas la gente vio a Krsna en Kalidaha, en el Yamuna, y luego iban a narrar sus experiencias a Sri Caitanya. Un día, la tentación de ver a Krsna invadió a Balabhadra. Como no pudo resistir la tentación, imploró el permiso de su Maestro para ir a presenciar el maravilloso acontecimiento. Por respuesta, el Gran Maestro Sri Caitanya primero le propinó una estruendosa bofetada y luego dijo: “¡No seas necio! ¿Por qué ha de aparecer Krsna en esta era de Kali? Esos ilusos cretinos no hacen más que ruido y propaganda. ¡No te vuelvas loco! Debes permanecer calmado y quedarte donde estás hasta mañana”. Al día siguiente, cuando la gente fue a visitar a Sri Caitanya, Él les preguntó: “¿Vienen ustedes de ver a Krsna?” Disculpándose, el gentío respondió: “¡Oh! Sólo eran pescadores que salían en la noche con lámparas, y erróneamente se creyó que era Krsna danzando sobre la serpiente Kaliya”.

SRI CAITANYA PASÓ FELIZMENTE SUS DÍAS EN MATHURA

De esta manera, Sri Caitanya pasó felizmente Sus días en Mathura y Vrndavana. Cierta vez, mientras estaba sentado en Akrura-ghata, a orillas del río Yamuna, reflexionó que en ese lugar Akrura se había encontrado con Krsna. Fue allí donde la gente de Vraja tuvo un vislumbre de la divina morada de Goloka. En gran éxtasis, Sri Caitanya saltó al río Yamuna repentinamente. El Rajput Krsna-dasa se puso histérico y comenzó a gritar frenético. Balabhadra corrió tan raudo como pudo hasta el Ghata de baño y sacó al Gran Maestro del agua. A raíz de este incidente, Balabhadra pensó, y así se lo dijo al Brahmana Sanaudiya, que había podido salvar al Maestro porque estaba cerca, pero si otro suceso por el estilo acontecía en Vrndavana, ¿quién lo rescataría?”.

EL GRAN MAESTRO PERMANECÍA INMERSO EN ÉXTASIS

En números difíciles de manejar, las multitudes comenzaron a congregarse en Mathura para ver al Maestro. Las invitaciones llovían, y para dificultar más las cosas, el Gran Maestro permanecía inmerso en éxtasis. Entonces Balabhadra sugirió a Sri Caitanya que debían dejar Mathura. El Brahmana Sanaudiya aprobó la sugerencia con entusiasmo, y propuso que deberían ir de visita a Prayaga, para bañarse allí en el día de Makara Samkranti. Así pues, Balabhadra se acercó a Sri Caitanya y dijo: “¡Ya no puedo más con tantos visitantes! Todos ellos están ansiosos por invitarte a sus hogares. Pero cuando no pueden encontrarte en la mañana, me fastidian todo el día. Me sentiría muy feliz si fueras a Prayaga para que te bañes en la confluencia de los ríos sagrados, en el auspicioso día de Makara Samkranti”. Sri Caitanya no quería irse de Vraja-dhama, pero al mismo tiempo no quería herir los sentimientos del devoto, quien le había servido fielmente durante todo el viaje a Vraja. Por lo tanto aceptó, pero con renuencia.

EL ATRONADOR RUGIDO DE ESTOS SANTOS NOMBRES

Al día siguiente, el Gran Maestro Sri Caitanya dejó Mathura acompañado por Balabhadra, el Brahmana Sanaudiya, el Rajput Krsna-dasa, y otro Brahmana bengalí. Después de caminar cierta distancia, se sentaron debajo de un umbroso árbol para descansar un poco. Sri Caitanya repentinamente entró en un éxtasis y cayó al suelo con la boca llena de espuma. Su respiración prácticamente se detuvo. Mientras Sus seguidores aguardaban a que el Gran Maestro recuperara el conocimiento, diez musulmanes a
caballo llegaron a ese lugar. Ellos pensaron que, con el propósito de robarle, Balabhadra y el resto del grupo, habían envenenado al apuesto joven que yacía inconsciente sobre el suelo. Por consiguiente, los musulmanes decidieron apresar a los seguidores de Sri Caitanya, a pesar de sus explicaciones y fuertes protestas. Mientras estos acontecimientos ocurrían, el Gran Maestro Sri Caitanya saltó de repente y comenzó a danzar, cantando los santos nombres: “¡Hari Hari!”. El atronador rugido de estos santos nombres, “¡Hari Hari!”, en Su voz profunda, infundió temor en los corazones de los musulmanes, quienes de inmediato liberaron a los seguidores del Gran Maestro. Sri Caitanya no se había percatado de lo sucedido y Balabhadra le hizo sentarse. Entonces vio a los soldados musulmanes, quienes le saludaron y dijeron: “Has sido envenenado por Tus compañeros, cuya intención era robarte”. Sri Caitanya les aseguró: “¡Están en un grave error! Soy un monje y carezco de posesiones materiales. Estos cuatro hombres son Mis compañeros”.

UNA EXTENSA DISCUSIÓN SE SUSCITÓ ENTONCES ENTRE SRI CAITANYA Y UNO DE LOS MUSULMANES

Una extensa discusión se suscitó entonces entre Sri Caitanya y uno de los musulmanes, llamado el Pir, quien vestía completamente de negro. El Pir inició una discusión religiosa acerca del panteísmo sufista. El personaje en cuestión era un gran lógico y muy bien versado en la doctrina sufista. Sri Caitanya refutó todas sus doctrinas con argumentos del Corán. También ofreció diferentes interpretaciones de esa sagrada Escritura. El Gran Maestro Sri Caitanya dijo: “Tu sagrado Corán contiene dos puntos. El primero establece el aspecto incomprensible y no diferenciado del absoluto universal, y el segundo establece el concepto de un Dios personal, con un cuerpo espiritual eterno, pleno de conocimiento y bienaventuranza. El concepto de un Dios personal es mucho más fuerte que el otro”. En el transcurso de la prolongada conversación, el Pir fue convencido por los argumentos de Sri Caitanya y Su filosofía acerca de la devoción amorosa a Krsna. Se convirtió y se le otorgó el nuevo nombre de Rama-dasa. Otro musulmán de nombre Bijuli Khan, también se convirtió y más adelante fue famoso como un devoto Maha-bhagavata. Después de este incidente, no encontraron más inconvenientes en el camino. El Gran Maestro Sri Caitanya y Sus seguidores llegaron a Prayaga, en Allahabad, sin percances.

SANATANA FUE ENVIADO A PRISIÓN.

Los hermanos Rupa y Sanatana, quienes conocieron al Gran Maestro Sri Caitanya en Ramakeli, pronto decidieron abandonar sus actividades mundanas para unirse a Él. Sin pérdida de tiempo, dispusieron de sus riquezas. Aunque Rupa y su hermano menor Anupama lograron escapar del Sultán, Sanatana fue enviado a prisión. Durante ese período de tiempo, Rupa se mantuvo bien informado de los movimientos del Gran Maestro. Cuando Rupa escuchó que Sri Caitanya había ido a Vrndavana, tanto él como su hermano Anupama se dirigieron hacia allí, no sin antes informar a Sanatana donde se proponían ir. Cuando Sri Caitanya llegó a Prayaga y mientras se daba un baño en la confluencia de los tres ríos sagrados, en el día de Makara Samkranti, Se encontró con Rupa y Anupama. Los dos hermanos se acercaron al Gran Maestro con mucha humildad. Él les recibió cordialmente e inquirió acerca de Sanatana y los demás devotos de Ramakeli. Simultáneamente, Vallabhacarya, un gran maestro de la Escuela Vedanta Sudhadvaita, había ido a visitar al Gran Maestro Sri Caitanya desde una aldea cercana llamada Adel. Sri Caitanya le presentó a Rupa y a Anupama. Sumamente complacido, Vallabhacarya los invitó a todos a su casa. Al día siguiente, el Gran Maestro y Sus acompañantes almorzaron con Vallabhacarya, quien honró y satisfizo a Sri Caitanya en todo sentido.

LA DIVINA RELACIÓN CON EL DULCE ABSOLUTO

Rupa le pidió al Gran Maestro Sri Caitanya que permaneciera en Allahabad durante diez días. Sri Caitanya accedió, y durante Su permanencia le explicó a Rupa los principios del Rasa, la divina relación con el Dulce Absoluto. El Gran Maestro también apoderó a Rupa para que escribiera y propagara los pasatiempos amorosos de Radha y Krsna. También le ordenó permanecer en Vraja-Vrndavana y dedicar todo su tiempo a redescubrir los lugares santos donde se habían llevado a cabo los más íntimos pasatiempos de Radha y Krsna, cuya ubicación había quedado en el olvidado. También le aconsejó concentrarse en la recopilación de literaturas sobre filosofía devocional.